La discusión sobre los impactos económicos, familiares y sociales de este régimen de trabajo en minería ha cobrado relevancia en el último tiempo. Expertos analizan sus ventajas y costos.
De acuerdo con registros de la consultora Robert Half en Chile, la aplicación de turnos bajo la modalidad “7×7” (siete días trabajados por siete de descanso) comenzó a extenderse en la minería nacional a partir de 2013. Así, esta fórmula emergente se constituyó en una opción adicional a las ya existentes, como el esquema de 4×3.
Inés Rodríguez, gerenta de la división Ingeniería y Tecnología de la firma internacional en el país, confirma que esta tendencia está presente también en otros países mineros: “En Australia, los dos turnos preferidos son básicamente los mismos. En el caso del 7×7, es muy común en la zona de Queensland”.
A la utilización de esta modalidad se asocian beneficios para las compañías mineras, en términos económicos y de productividad.
Juan Andrés Perry, socio líder de consultoría en Personas de EY, comparte esta visión: “Contar con trabajadores bajo este sistema implica una mayor continuidad en las operaciones, y un menor tiempo destinado al traslado del trabajador al lugar de trabajo en caso de faenas alejadas de su lugar de residencia; lo que conlleva, además, un menor costo administrativo para la empresa”.
Juan Cariamo, socio-director de Proyectos de Vantaz, se suma a esta mirada positiva, considerando que sus características se ajustan mejor a ciclos extendidos o continuos, potenciando la coordinación efectiva de los trabajadores involucrados en ellos.
Necesidad de planificación
Las decisiones acerca del régimen de turnos, además de las consideraciones económicas y operacionales, implican temas relacionados con calidad de vida, relaciones familiares y hábitos sociales y comunitarios.
Es en este contexto donde el término “conmutación” cobra especial relevancia. Esta categoría se refiere a aquellos trabajadores que laboran en una determinada región o ciudad, pero tienen residencia establecida en otra.
Asumiendo que “no existe el turno perfecto”, Juan Cariamo reconoce otros beneficios en la modalidad 7×7, además de los económicos. “La vida social y familiar también tiene ciclos extendidos, particularmente en aquellas dinámicas con la comunidad, como las relaciones de amistad, educación, u otras”, puntualiza.
A partir de su trabajo en el área, Juan Andrés Perry sostiene que este sistema es considerado como favorable por los trabajadores, particularmente porque les entrega mayor libertad para seleccionar su lugar de residencia. “Prestan sus servicios en faena y, posteriormente, continúan con su vida sin haber tenido que trasladar a su familia de un lugar a otro”, señala.
El consultor advierte que para que este efecto positivo se materialice es necesaria una adecuada planificación, que permita conjugar el desarrollo económico de la familia con su participación en las instancias sociales habituales.
Inés Rodríguez hace notar, en tanto, que la lógica del 7×7 suena adecuada en términos de costos y productividad, “pero, por otro lado, siete días seguidos trabajando genera cansancio y, por supuesto, es difícil estar lejos de la familia”, plantea.
Influencia territorial
Otro de los factores relevantes que forma parte de la evaluación integral del sistema de turno 7×7, son sus impactos en el crecimiento y desarrollo de las zonas donde se ubican las faenas mineras.
Durante la cuenta pública 2018 de su cartera, el ministro de Minería, Baldo Prokurica, se refirió a la necesidad de “un mayor compromiso de las empresas mineras con las localidades donde están sus proyectos”. Como parte de esta responsabilidad mencionó la contratación de mano de obra local; la utilización de servicios de abastecimiento regional en insumos y transportes; y la residencia de los ejecutivos en las regiones mineras.
El fenómeno de los trabajadores conmutados, a partir de este tipo de turnos, ha dado lugar a cuestionamientos en relación al alcance de la efectiva contribución de las compañías mineras a las regiones o ciudades cercanas a donde operan, especialmente en el caso de Calama y Antofagasta.
Juan Cariamo, sin embargo, estima que el tipo de turno se vincula “escasamente” con el mayor o menor desarrollo de los territorios donde se encuentran las operaciones.
“Si miramos ciudades mineras donde hay turnos de este tipo (7×7), éstas han seguido creciendo y desarrollándose. La razón de fondo es que inevitablemente la actividad minera a escala industrial requiere infraestructura y servicios, que atraen proveedores y diversos participantes a lo largo de la cadena de valor productiva”, resalta el especialista.
Para Juan Andrés Perry, en el ámbito también cobra importancia la acción que las autoridades locales impulsan para hacer más atractivas las condiciones de vida en las zonas mineras, con el objetivo de que los trabajadores y sus familias decidan residir en ellas.
En resumen, la modalidad del 7×7 ha tomado fuerza por ser una opción valorada por trabajadores y compañías mineras, pero que como toda opción, tiene sus consecuencias.
Nuevas alternativas
Minera Antucoya (de Antofagasta Minerals) presentó este año su programa “Aprendices Relevos Turnos Mina” con el objetivo de fortalecer el vínculo entre la operación y la comunidad de María Elena, junto con mejorar la productividad de la compañía.
La iniciativa está centrada en los habitantes de la localidad que no pueden acceder a un turno laboral regular, debido a condiciones familiares o personales.
Los participantes se formarán para desempeñarse como operadores de camiones de extracción (CAEX), asumiendo turnos parciales en la compañía, lo cual también permitirá facilitar el trabajo de mujeres.
A la primera versión de “Aprendices Relevos Turnos Mina” se sumarán doce personas (siete mujeres y cinco hombres) que, luego de aprobar la totalidad de la formación y obtener el certificado correspondiente, podrán laborar en el rango horario entre las 12:00 y las 15:00 horas.
Además, el programa establece que podrán asumir sólo en turno día y de lunes a viernes. La compañía indicó que este régimen laboral les permite a los trabajadores elegidos para esta nueva modalidad “salir en la mañana desde sus hogares, realizar su turno parcial y volver a sus casas durante la tarde, generando una conciliación entre la vida familiar y laboral”